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SÍNTESIS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA EN HONDURAS. MAPA DE HONDURAS.  

Honduras se divide en 18  departamentos La población de Honduras supera los 8  millones de habitantes.. Su capital es Tegucigalpa.

Este es el índice del Tema.

 1.-Origen de un nombre

2.- Exploración y conquista.

3.-Creación del obispado de Honduras.

4.- La evangelización franciscana en la época de la colonia.

5.-La evangelización mercedaria en la época de la colonia.

6..- Otros agentes de evangelización hasta la independencia.

7.-Las religiosas en la evangelización de Honduras.

8.- La iglesia en la independencia de Honduras.

9.- La iglesia después de la independencia.

10.- La iglesia en Honduras hoy. 2013.

11.-  El papel de la devoción a la Madre de Dios en América.

12.- La Virgen de Suyapa patrona de Honduras.

PAISAJE EN SAN GIL. HONDURAS.

 1.- ORIGEN DE UN NOMBRE.

 En el cuarto y último viaje de Colón fue explorada la isla de Guanaja, llamada isla de los Pinos por los españoles (30 jul. 1502). Arribó la expedición a Punta Caxinas (Ieacos), hoy punta Castilla o cabo de Honduras. El P. Alejandro mercedario ofició la primera Misa (14 ag. 1502).

            En la desembocadura del río Tinto, enarbolaron la bandera de Castilla y tomaron posesión en nombre de los monarcas españoles (17 ag. 1502). La expedición continuó por la que llamaron costa de las Orejas, porque los indios tenían las orejas muy grandes, pues usaban aretes. Una tempestad se desencadenó y, al doblar el cabo Gracias a Dios, terminó la tempestad y Colón dijo: «Gracias a Dios que hemos salido de estas Honduras», de aquí el nombre del país y del cabo de Honduras.

CASA DE INDÍGENAS EN EL MUSEO DE SULA. HONDURAS.

2.-UNA CONQUISTA  TURBULENTA.

 En marzo de 1524 Gil González Dávila se convirtió en el primer español en arribar a Honduras con propósitos de conquista. Fundó la villa de San Gil de Buena Vista y se internó en territorio hondureño pacificando a los indios, luchando contra los españoles que le disputaban el territorio.

            La simultanea invasión de Honduras en 1524 por varios conquistadores españoles, causó  una era de conflictos entre ellos, también empezó la rebelión indígena al darse cuenta de las intenciones de estos.

            La inicial expedición y la mayor de ellas, fueron hechas por González Dávila, quien quería establecer y reclamar un territorio con sus propias leyes y ejecutadas por él, así como Cristóbal de Olid quien fue despachado desde Cuba por Cortés, para establecer el orden y controlar este territorio en nombre de los reyes espa­ñoles, pero, sin embargo Olid una vez en Honduras sucumbió a la ambición personal y atento establecer su propio e independiente reinado.

Todo esto llegó a oídos de Cortés en México y para restaurar su autoridad sobre estos, ordenó otra expedición al mando de Francisco de Las Casas, pero no teniendo ya confianza en ninguno de ellos, resolvió hacer el trabajo personalmente, la situación se complico todavía más al entrar nuevas expediciones una desde Guatemala al mando de Pedro de Alvarado y por el lado de Nicaragua otra al mando de Hernán Soto. La batalla por el poder y dominio del territorio hondureño, fue ganada por Cristóbal de Olid capturando y haciendo prisioneros a Gonzalo Dávila y a Francisco de Las Casas, pero estos con promesas de regalos y esclavos supieron convencer a los soldados de Olid, haciendo que estos traicionaran a su comandante, apresándolo y asesinándolo en su mismo cuartel, aunque Dávila y Olid fueron encontrados culpables por sus acciones, jamás sufrieron ninguna condena o castigo.

HERNÁN CORTÉS LLEGA A HONDURAS.

Al llegar Cortés a Honduras en 1525, puso temporalmente todo en orden y a las órdenes de la corona española, imponiendo su autoridad sobre los rebeldes, como también sometió a   un numeroso grupos de caciques indígenas y empezó la creación de encomiendas.

             Los encomenderos  tenían la obligación de evangelizar a los indios a ellos encomendados bien a través de sacerdotes y en muchos casos por seglares españoles

Con  el mismo Hernán Cortés, llegaron  un clérigo y un mercedario.

            Cortés estableció sus cuarteles generales en Trujillo en Abril de 1526, de allí regresó a México y los demás conquistadores completaron  las tareas de la ocupación. En Octubre de 1526 llegó el primer Gobernador de La Corona Española en la persona de Diego López de Salcedo, este empezó a imponer ciertas reglas por las cuales los indígenas pacificados por Cortés empezaron a revelarse abiertamente, Salcedo quiso extender su jurisdicción hasta Nicaragua y el resultado fue, que acabó siendo encarcelado al llegar con sus pretensiones, pero al aceptar las fronteras que los nicaragüenses querían entre las dos provincias López de Salcedo fue absuelto y regreso a Honduras en 1529.

Para la década de los 30 (1530s), la situación en el territorio hondureño había empeorado en tal situación que era imposible soportarlo, las rivalidades entre los colonos, la codicia del poder y la fiebre del oro, hicieron estos años lo peor de la era de la conquista, para ese entonces empezó la hostilidad de la población indígena, una parte por los tratos de crueldad a que eran sometidos y la indigencia en que estaban obligados a vivir, muchos por muertes en las guerras entre españoles e indignas, y la mayoría por las cacerías que se habituaba para exportarlos al caribe donde eran empleados para trabajar en las fincas. Todo esto dejo esta zona sumida en una catástrofe sin igual y al borde de la ruina en general..

 IGLESIA DE COMAYAGUA EL DOMINGO DE RAMOS.HONDURAS

3.-CREACIÓN DEL OBISPADO  DE HONDURAS.

 El primer suceso religioso importante para Honduras . fue la erección de su obispado el 6 sept. 1531 y la elección para ocuparlo de Fr. Alonso de Talavera (de Guzmán en las Cédulas reales del Archivo de Indias)), representado por Carlos V, que parece no haber pasado a Indias.

            Sólo hay recuerdos del segundo obispo, Cristóbal Pedraza, licenciado de Sevilla, nombrado por Paulo III el 11 feb. 1541.

             Antes de su nombramiento como obispo Cristónal de Pedraza, arribó a Puerto Caballos en 13 de septiembre de 1538  y el año de 1545 comenzó sus trabajos en Honduras  con la misión de llevar el cristianismo a los indios, era un sacerdote inclinado a la educación y se le conocía como el «Protector de los Indios», dejó escrita la obra «Relación de la Provincia de Honduras» en la que realiza una brutal crítica de los conquistadores españoles, defendiendo la labor evangelizadora que llevaban los misioneros frailes desde su obispado.

            Le sucedió Fr. Jerónimo de Corella   que hizo el año de 1561 el traslado de la sede a Comayagua, después de dirigir informes al rey y al Papa y con su autorización.

            A partir de la creación de la diócesis y obispado de Honduras se intensificó la evangelización del territorio, entrando misioneros especialmente religiosos y entre ellos los franciscanos , mercedarios, pues Fray Jerónimo y durante su administración diocesana encargó  la evangelización de todo el territorio, a  los frailes de la Orden franciscana y de  la Orden de la Merced.

             Aunque junto a los religiosos no  faltaron sacerdotes diocesanos que en su mayor parte quedaban como párrocos dependientes del obispado en las parroquias de los pueblos recién fundados.

            Se buscaba evangelizar y asentar a los indios en centros urbanos: Reducciones, en Yoro, Olancho, Comayagua, norte del actual Francisco Morazán. Algunos misioneros perdieron la vida ante la resistencia india a ser convertidos .

 4.-LA EVANGELIZACIÓN FRANCISCANA EN LA ÉPOCA DE LA COLONIA.

 a) Resistencia  de distintos grupos indígenas  a la evangelización.

 Según las tradiciones y memoria guardada entre los ancianos de los taguacas y lencas, se dice que en el año de 1604 entró la primera expedición a cargo de los frailes Esteban Verdelete y Juan de Montegudo y, habiendo padecido trabajos, hambres y penurias, permanecieron durante algunos años en la región, impartiendo la doctrina cristiana y aprendiendo la lengua de estos indígenas.

             Regresaron a Guatemala y desde allí el padre Verdelete se dirigió a España para solicitar el permiso oficial y el apoyo de la Corona para que ocho misioneros convirtieran a los indígenas de la Taguzgalpa. El misionero Verdelete llegó a la provincia de Honduras en el año de 1608, en compañía de fray Juan de Monteagudo y atravesando ásperas montañas y caudalosos ríos, lograron persuadir a unos 130 indígenas de asentarse en el Río de las Piedras, en el valle de Olancho. Sin embargo, las dificultades para mantener el control en las misiones llevaron a los misioneros a solicitar apoyo militar. Fueron enviados unos veinticinco soldados, quienes no lograron más que agravar la situación.

Como resultado de lo anterior, los misioneros ”… fueron muertos en defensa del evangelio a manos de los indios lencas por el año de 1612, según las más ajustadas tradiciones”.             De acuerdo con el testimonio rendido por un anciano mulato llamado Juan de Padilla, a principios de septiembre del año de 1614, llegaron al puerto de Truxillo, el sacerdote Cristóbal Martínez y el religioso lego don Juan de Baena, del convento de San Francisco de Guatemala.

Dichos sacerdotes realizaron varias entradas en la región, catequizando, bautizando e instruyendo en los misterios de la fe a los indígenas recién convertidos. Con el objeto de buscar mayor apoyo y especialmente para solicitar misioneros que reforzaran su obra evangelizadora, el religioso Baena viajó a Guatemala.

PADRES FRANCISCANOS EN LA EVANGELIZACIÓN DE HONDURAS.

“Y habiendo tocado Dios para esta conversión, al bendito padre fr. Benito de San Francisco, sacerdote de vida ejemplar, y habiendo los dos llegado a aquellos parajes, y todos tres trabajando con grande espíritu en esta mies evangélica, reduciendo muchos infieles y bautizándolos, edificando iglesias y adoctrinándolos en la ley de Dios, padecieron martirio a manos de los indios albatinas o taguacas, el año de 1623.”

MÁRTIRES FRANCISCANOS EN LA COLONIA. HONDURAS.            

Se afirma que entre 1622 y 1623, estos misioneros trabajaron tierra adentro entre los indígenas payas, lograron asentar 700 indígenas en siete pueblos y bautizar a otros cinco mil. Sin embargo, con su muerte ocurrida en el año de 1623, en manos de un grupo de indígenas Albatuynas o Taguacas, estos pueblos permanecieron fuera del control español desde ese año hasta 1661, cuando se reanudan las actividades misioneras.

En el transcurso de los años transcurridos entre 1623 y 1661, se insiste en que“… hazían mucho daño los yndios xicaques, hapuises, en los valles de Olancho y Xamastrán, saliendo con sus aliados por los ríos Guaiape y Guaiamble no solo a saquear las haciendas y estancias circunvecinas sino a ofender a algunos cristianos … Y a este mismo tiempo, los paias hacían lo mismo en los valles de Agalta, siendo perniciosos unos a otros infieles, haciéndose cuanto mal podían, como gente bárbara, sin más ley que sus pasiones, regidas del demonio por sus agoreros y mágicos.»

         En vista de lo anterior, el capitán don Bartolomé de Escoto, luego de presentar un informe con datos suministrados por los vecinos de Olancho, obtuvo la autorización para entrar con gente de armas.

             El grupo estuvo constituido por vecinos de la región, quienes se ofrecieron a participar sin sueldo, por estar directamente interesados en la empresa, acompañados de algunos indios cristianizados de los pueblos de Tecasinti y Poteca. Se hizo la primera entrada por el río Guayape, en el año de 1662, durante los días cercanos a la cuaresma.

              A pesar de haber realizado tres entradas no se logró aprehender a los indígenas, ya que estos se retiraron hacia el interior de las montañas. Estos sucesivos fracasos los llevaron a convencerse de la necesidad de cambiar de método y sustituir la conquista militar por la pacificación. En el año de 1667 Escoto viajó a Guatemala a solicitar el apoyo de algunos misioneros para su empresa de sometimiento de los indios insumisos de esta región.

            Su gestión tuvo éxito al lograr que los frailes franciscanos Pedro de Ovalle y Fernando de Espino fueran autorizados a viajar a la provincia de Comayagua en su compañía.

            Al llegar a la región de Olancho el padre Espino se dedica a poblar San Buenaventura y el padre Ovalle se desplaza hacia el pueblo de Santa María, localizado a cuatro leguas del primero. En el año de 1667 el padre Ovalle vuelve a Guatemala, para regresar un año más tarde acompañado de fraile Antonio de Verzian. Llevan consigo una imagen de bulto de Nuestra Señora de la Limpia Concepción, la cual fue entregada a la iglesia de Santa María. Hacia el año de 1676 se habían establecido seis aldeas en esta región: Santa María, San Buenaventura, San Pedro, San Felipe, San Sebastián y San Francisco, las cuales contaban con una población aproximada de 600 indígenas.

 NIÑOS INDIOS EN LA REGIÓN DE TRUJILLO. HONDURAS.

b) La Evangelización de los Indios Payas.

 En un informe enviado al Rey por el Obispo de Honduras, Fray Alonso de Vargas y Abarca, en el mes de febrero de 1696, sobre el estado de las misiones payas a cargo de la orden de San Francisco, señala que: “El valle de Olancho, jurisdicción de este obispado, es dilatadísimo. Tiene de visita de este obispado (lo qual he hecho hasta el día de oi cinco veces desde que vine) más de cien leguas, quedan otros muchos espacios que están comprendidos y cercados del mar del norte, de la jurisdicción de la Segovia -que toca al obispado de Nicaragua- y hasta la punta de Castilla que es el Puerto de Truxillo de este obispado.”

             En el año de 1671 se le encarga al padre Ovalle la catequización de los indios de la nación paya. Para cumplir con tal encargo, a fines de ese año llegó al pueblo de San Felipe para entregar el ornamento, la campaña y el lienzo, y desde allí marchar en busca de los llamados indios payas. El 25 de enero del año siguiente, llegó al pueblo de Catacamas, localizado a dieciséis leguas de San Felipe:

FAMILIA NUMEROSA HONDUREÑA.

“Y proponiéndoles que quería entrar en sus poblazones a predicar el sagrado evangelio, replicaron ellos que el camino era muy áspero y dificultoso de trajinar, y que así no le querían llevar. Más instando el padre comisario y exponiéndose a cualquier peligro por la propagación de la fe, se resolvió a entrar con ellos – llevando en su compañía a quatro personas ladinas, al yntérprete y algunos yndios del Real y Catacamas que llevaban una imagen de bulto de nuestro padre San Francisco y el hornamento para celebrar misa.

            Al cabo de tres días, venciendo muchas dificultades y andando lo más del camino a pié, llegaron a poblazones de los yndios paias – y por haverse adelantado uno de los tres que servían de guías, a darles aviso – salieron al camino, a recivir al padre, cantidad de hombres, mugeres y niños, con guirnaldas de flores en las cavezas en señal de paz y alegría.” A los veinte días había bautizado cerca de doscientos indígenas y mandó construir una ermita, a la que le puso el nombre de San Francisco, a cuya advocación se fundó el pueblo. Posteriormente se dirigió al Valle de Agalta, a través del pueblo de Manto, y al llegar a la población de Gualaco, ordena la construcción de una ermita. En el mes de febrero de 1673 se incorporó un nuevo predicador, el sacerdote Pedro de Estrada.

Ambos religiosos se dirigieron hacia el río Guayape, en compañía del capitán Bartolomé Escoto, donde realizaron varias fundaciones y trasladaron el pueblo de San Francisco a un lugar denominado Pataste, para ello pagaron cierta cantidad a los indios de El Real y Catacamas, a cambio de ayudar a la construcción de la iglesia. En el año de 1679, mientras el Obispo realizaba su visita a Olancho, se le solicitó que fuera a confirmar a los indígenas de la región, ya que ninguno de ellos había recibido este sacramento.

En el año de 1690 se realizó una nueva visita a esta misión. Al informar acerca de su estado, se dice que uno de los problemas fundamentales que limitan su progreso y estabilidad es la ausencia de misioneros, quienes no siempre asisten a esta misión y se limitan a andar por los curatos circunvecinos. Hacia el año de 1698, el sacerdote Rodrigo de Betancur informa que solamente quedan dos sacerdotes y que además se encuentran separados en una región donde si bien hay unos cuatrocientos bautizados y un poco más de trescientos convertidos, quedan muchos sin bautizar. Lo anterior a pesar del interés manifiesto, desde años atrás, en brindar la atención debida a estas misiones, como la vía para incorporar a estos territorios y sus pobladores en el área controlado por la administración colonial.

            Y la mejor forma de lograrlo, según la recomendación del Obispo de Honduras Rodrigo de Vargas y Abarca, es transformar esta misión y reducción en doctrina, para lo cual se dividiría en dos, la primera comprendería San Francisco y San Sebastián y la otra incluiría los pueblos restantes.

IGLESIA DE GUALACO. HONDURAS.

Al interés de convertir las misiones en doctrina, se agrega la preocupación por parte de las autoridades coloniales por dotar de tierras a los indios payas que se encontraban ubicados en los ejidos de los pueblos de Santa María, San Buenaventura y San José, en el valle de Gualaco, con el fin de lograr su completa evangelización, evitando así que escaparan nuevamente.

A principios del siglo XIX, había 290 indígenas en la misión de Luquique y alrededor de 300 habían sido establecidos en las misiones de Olancho. En el año de 1808, el franciscano fray José Antonio de Liendo y Goicoechea hizo una entrada a los territorios habitados por los payas y predicó en la región de agalta, organizando las reducciones de Pacura y San Esteban Tonjagua. El padre Goicoechea justificó con los siguientes argumentos la necesidad de una nueva entrada en tierras payas y, sobre todo, de establecer asentamientos indígenas permanentes: “… establecer allí a los indios resulta de gran utilidad al comercio, a los vecinos y hacendados que se encuentran en las faldas y planicies de las montañas de Agalta. La reducción de Pacura dista de Trujillo como más de treinta leguas y es paso obligado a los vecinos del valle para conducir el ganado, carnes, mulas, mantecas y otros víveres, de suerte que la reducción proporcionaría posada y alimentos a los viajeros. Si el gobierno manda soldados, y prisioneros, hallan alojamiento y seguridad. La existencia de estos pueblos daría un consuelo a más de 20 haciendas de ganado establecidas en el Valle. «

COMAYAGUA EN TIEMPOS DE LA COLONIA.

c) Misiones y Reducciones en tierras  de los Jicaques.

            El propósito de las misiones y proyectos de evangelización realizados por los españoles en los territorios fronterizos localizados al oriente de la provincia de Honduras, era crear las condiciones para establecer comunidades autosuficientes basadas en la agricultura.

            Sin embargo, la corta vida de la mayoría de estas misiones hizo que esta meta fuera pocas veces alcanzada. No es sino hasta en el siglo XVIII que se logran establecer algunos asentamientos indígenas permanentes y la misión de Luquique o Lucuguey, en el corazón del territorio jicaque, se convierte en el principal centro de actividad misionera.

Después  de los primeros intentos de evangelización de los indígenas que habitaban la frontera oriental del territorio colonizado por los españoles en la provincia de Honduras, especialmente de los indígenas considerados como payas y jicaques, que fueron realizados durante las décadas de 1610 y 1620 por sacerdotes de la Orden de San Francisco, la empresa evangelizadora se detuvo, reanudándose cuatro décadas más tarde.

             Entre los años de 1661 y 1662, se fundaron los pueblos de Santa María y San Felipe, como parte de las tres entradas realizadas por el capitán Bartolomé Escoto.           Durante los primeros cinco años estas reducciones no tuvieron un misionero a cargo y no es sino hasta el año de 1667, que llegó el sacerdote Fernando de Espino, acompañado del fraile Pedro de Ovalle. Ambos religiosos llegaron a Comayagua en el mes de junio de ese año. El padre Ovalle se quedó momentáneamente en Siguatepeque y el reverendo Fernando Espino se dirigió hacia el territorio habitado por los jicaques, a una distancia de ciento veinte leguas de Comayagua.

    IGLESIA EN SIGUATEPEQUE.

        Al llegar el fraile doctrinero que atendería Siguatepeque, el padre Pedro de Ovalle fue a encontrarse con Espino, quien estaba poblando San Buena Ventura, en territorio paya.

            Posteriormente Ovalle se desplazó al pueblo de Santa María. Aquí encontró unas catorce o quince casas y unas sesenta personas entre grandes y pequeños, de los cuales la mitad eran mulatos, ladinos e indios cristianizados del pueblo de Tecasenti y los otros indios jicaques recién bautizados. Pronto entraron en conflicto con el capitán Bartolomé Escoto, a quien acusaron de justificar sus ascensos valiéndose de informes falsos a las autoridades eclesiásticas y que, mientras Escoto sólo ha trabajado proporcionando informes sobre sus méritos, “…. todo lo ha trabajado la religión, assí en lo corporal haziendo las fundaciones, abriendo caminos y costeando hasta los yndios que han servido de guías, como también en lo espiritual y hornato del culto divino pues como adelante se dirá, todo lo que tienen las yglesias lo ha hecho la religión.»

          A finales del año de 1674 enviaron desde Guatemala al padre Lorenzo de Guevara, quien llegó a Comayagua en el mes de enero de 1675 y se dirigió inmediatamente al pueblo de Santa María, de la nación jicaque. En este lugar solamente encontró catorce indígenas, ya que los demás se habían retirado a las montañas, y logró sacar nuevamente unos quince. En el mes de septiembre salió de nuevo con algunos indios cristianos hacia las montañas de Ciali, de donde sacó nueve personas bautizadas que años atrás se habían rebelado. En el año de 1689 se resolvió que se hiciera entrada con armas y soldados. “La cual se hizo, siendo capitán don Rodrigo Navarro, sin más fruto que reconocer la tierra y ver sus pueblos, por averse huido los yndios sin poder tratarse – aunque se vieron y se cogió un guía.»

   SULACO EN EL VALLE DE YORO.

       Al año siguiente se realizó una nueva entrada, a cargo del mismo capitán y del sacerdote Manuel Fernández. No lograron reducir a los indígenas y por la fuerza aprehendieron a unos setenta y seis, quienes fueron ubicados en el valle de Yoro. Sin embargo, algunos huyeron y otros enfermaron, por lo que no pareció conveniente proseguir con la conquista armada, ni conservarlos por la fuerza en el lugar.» Entre los años de 1747 y 1751 se le encargó al Colegio de Propaganda Fide la conquista espiritual de los indios xicaques de las montañas de Muliá y Leán. Esto por petición del Gobernador y Comandante General de Armas de la Provincia de Honduras, don Juan Vera. Esta nueva empresa misionera estuvo a cargo de los sacerdotes Joseph Ramírez y Domingo Antonio San Raphael.

 CONVENTO MERCEDARIO DE TEGUCIGALPA.

5.- LA EVANGELIZACIÓN MERCEDARIA EN LA ÉPOCA DE LA COLONIA.

 Los primeros misioneros que llegaron a Honduras fueron los frailes de la Orden de Nuestra Señora de La Merced  ya  hemos indicado que Fray Alejandro, el sacerdote que acompañó a Colón en 1502 en su viaje donde tocó tierra firme del continente llegando a Punta Caxinas donde ofició la primera misa hace 508 años, era mercedario originario de Valencia .

 CRISTOBAL DE OLID.     

E1 P. Juan de las Varillas que en 1524 llevó consigo al licen­ciado Alonso de Zuazo desde Cuba a la ciudad de México junto con Fr. Gonzalo de Pontevedra (quien falleció en la isla de las Víboras), fue uno de los capellanes de Hernán Cortés en su ex­pedición a Honduras en dicho año, cuando el capitán Cristóbal del Olid se alzó con la armada de Cortés, quien fue en su bús­queda. Después de dos años y meses de andar en las Higueras retornaron ambos a La Habana. El P. Varillas fundo en Hondu­ras una residencia en 1525 para evangelizar la región.

             Pero fue en 1550 cuando, a petición del presidente de la Audiencia de Guatemala, el P. Dardón envió al P. Nicolás del Valle para fun­dar dos conventos misionales, el de Gracias a Dios y el de Ten­coa, mientras el de Valladolid del valle de Comayagua lo fundó el P. Jerónimo Clemente en 1552-1553.

            En la información de servicios que el P. del Valle hizo en Madrid el 22 de marzo de 1565 decía que hacía doce años que residía en la provincia de Honduras. Y el obispo decía de él en 1564 que era «persona que ha trabajado en esta tierra mucho en la predicación del Evan­gelio y doctrina de los naturales».

            Fundada Tegucigalpa en 1622 como pueblo de españoles, tam­bién allí fundan los mercedarios a mediados del siglo XVII, co­mo los de misiones en Cururú y Chuluteca, y a fines del XVII los de administración de doctrinas como Aguacaterique y llano de Tencas, Tumbla y Zutituca o Cares.

            . Los franciscanos llegaron posteriormente en el año 1574 por eso cuando surge el poblado del Real de Minas de Tegucigalpa  en 1578 los frailes franciscanos obtienen la licencia real para fundar un convento, el de San Diego y como ya existía una regulación del reino que no podían funcionar conventos de diferentes ordenes, los mercedarios tuvieron que instalarse en Santa Lucía sitio minero distante a pocas leguas de Tegucigalpa.

IGLESIA DE LA MERCED EN TEGUCIGALPA.

Cuando el Rey de España levantó la prohibición, los mercedarios de Santa Lucía se trasladaron en 1680 a la Villa de Tegucigalpa y obtuvieron mediante compra y por cesión de la Alcaldía Mayor un amplio predio al final de la llamada Cuesta del Río donde establecieron una plaza y al costado oriental construyeron el Convento de Nuestra Señora de La Merced y un templo incorporado a la edificación dedicado a San Pedro de Nolasco y a nuestra Señora de Las Mercedes.

El complejo de La Merced guarda mucha historia:  En los claustros del Convento en 1701 la dama criolla María de Mendoza, esposa del Sargento de las Armas Españolas Juan de Peralta fundó el primer hospital que hubo en Tegucigalpa, centro que duró muy poco tiempo por razones

económicas.(www.merced.org.ar/Biblioteca%20Virtual%20Mercedaria/Mercedarios%.

 CRISTO DE LAS MERCEDES  EN SANTA LUCÍA.

 6.- OTROS AGENTES DE  LA EVANGELIZACIÓN DE HONDURAS.

 Aunque por lo dicho anteriormente fueron los franciscanos y mercedarios y especialmente los primeros quienes llevaron el peso de la evangelización de Honduras, también estuvieron presentes otras órdenes religiosas,  aunque  de forma menos institucionalizada, en primer lugar la Orden de Santo Domingo.

            Los  dominicos tuvieron su fundación en Comayagua por ejemplo el obispo  Alonso de la Cerda  dominico fue consagrado obispo de Comayagua (1577), realizó esfuerzos por la evangelización en la región central y occidental de Honduras, aplicando una política de concentración y reducción de pueblos dispersos,[permaneció en su diócesis centroamericana hasta su nombramiento como obispo de La Plata en Charcas (1587)

            También pasó por Honduras el dominico Antonio de Remesal   quien llegó a Camayagua  el año 1613 acompañamdo a otro dominico Alonso de Galdo , que había sido nombrado obispo de Comayagua.

            Dominico fue también Vicente Navas y Márquez obispo de la provincia de Honduras desde el año 1794   quien hasta realizó un proyecto agrario.

            Es también digno de nombrar a Alonso Vargas Abarca, de la orden de san Agustín  quien llegó  a Honduras como misionero con otros de su orden  a la mitad del siglo XVII.

CATEDRAL DE COMAYAGUA. HONDURAS.

             Fue elevado en fecha 22 de noviembre de 1677 como Obispo de la Diócesis de Honduras  que  entonces tenía  la sede en Santa María de la Nueva Valladolid de  Comayagua.

            En 1678 el Obispo Alfonso Vargas y Abarca fundó el primer seminario en Honduras, transformó el colegio-seminario fundado por su antecesor el Obispo Jerónimo de Corella, en la ciudad de Comayagua el 20 de Febrero de 1564. Su administración apostólica concluyo al fallecer en 1697.

            Esto nos lleva a hablar brevemente de la  historia de la educación en Honduras.

            Los orígenes de la educación en Honduras, se remontan al año 1539, cuando Don Cristóbal de Pedraza, «Protector de los Indios» en la ciudad de Gracias a Dios, abrió la primera escuela  parroquial para enseñar la doctrina cristiana y las primeras letras del alfabeto; contando con el cura párroco, Presbítero Álvarez, para impartirla.

            Veinticinco años después, el Obispo Fray Jerónimo de Corella abrió en Comayagua, la cátedra de Gramática para los hijos de los vecinos y conquistadores.

            .Posteriormente en 1602, a instancias de Fray Gaspar de Quintanilla y Andrada Obispo de Honduras, se abrió una cátedra de Gramática Latina, en la ciudad de Comayagua que fue erigida y fundada por Real Cédula de Felipe II el 29 de septiembre de ese mismo año.

            Se nombró para desempeñarla al Presbítero Fray Esteban Verdelete, quien la sirvió sin la renta estipulada de doscientos pesos situados en el pueblo de Colopele de la jurisdicción de Gracias a Dios, pidiendo a cambio que se le erigiese un altar portátil, ornamentos y vasos sagrados.

 LA LIMPIA CONCEPCIÓN DE COMAYAGUA. 

Siempre en la ciudad de Comayagua en 1662, el Obispo Fray Alonso de Vargas y Abarca fundó el Colegio San Agustín, que surgió como Colegio Seminario con clases de Gramática Castellana y Latina, Matemáticas, Historia y Teología y estableció la cátedra de Moral para la formación de clérigos.

            El Obispo Fray Antonio López de Guadalupe llegó a Comayagua en 1731 y comenzó la construcción de un edificio adecuado para el Colegio Seminario, que fue concluido en 1733.

             Ese mismo año fue solemnemente inaugurado el edificio del Colegio Tridentino, cuando ya se habían establecido las cátedras de Latinidad, Cánones y Matemáticas.

            Este hecho marca el origen de la educación superior en Honduras. Este prelado fundó la cátedra de Filosofía que con las de Gramática y Moral dieron cuerpo a la enseñanza, además dió las constituciones necesarias al nuevo centro de enseñanza logrando que por Real Cédula de 7 de noviembre de 1738, S.M. autorizara la nueva cátedra y la dotara con doscientos pesos que debiera percibir el Presbítero José Simón de Zelaya, constructor de la bella catedral de Tegucigalpa quien había sido nombrado titular.

            En el colegio Tridentino el título de catedrático se le otorgaba a los que contaban el grado académico de doctor y el de profesor a los que tenían un grado menor.

Fray José Antonio Murga vino de Guatemala a Tegucigalpa en 1804, a fin de impartir una clase de Gramática y otra de Latín a más de veinte alumnos.

            Con relación a la Compañía de Jesús referir ahora que en el año 1871 expulsaron a 72 Jesuitas de Guatemala, quienes se embarcaron rumbo a Amapala y ni siquiera los dejaron tocar suelo hondureño; esto impidió que hoy estuviéramos celebrando el 129 aniversario de la llegada de los Jesuitas a Honduras. 

            Sin embargo, los Jesuitas, no se dieron por vencidos. En 1946 fueron invitados por el Obispo. José de la Cruz Turcios, particularmente para atender misiones de los pueblos y los indios civilizados del departamento de Yoro.

            El Papa recibió la solicitud y pidió a la Compañía de Jesús que enviara misioneros a Honduras. En Octubre de 1946 llegaron los primeros Jesuitas a Honduras ellos fueron Jaime O’neill y Luis Smith.

RELIGIOSAS AGUSTINAS EN HONDURAS.

7.-LAS RELIGIOSAS EN LA EVANGELIZACIÓN DE HONDURAS.

            La evangelización de Honduras en el tiempo de la colonia  fue la que posiblemente contó con menos agentes pastorales de toda la América Hispana, ya hemos vistos como franciscanos y mercedarios son las órdenes que sobresalieron en esta misión, además del clero secular ubicado en las parroquias, pero también en estos casos  el número de personas pertenecientes a estos colectivos era más  bien escaso, muchos de los conventos no disponían de más de dos  religiosos, ante esta escasez sería extraño poder encontrar monasterios o conventos y religiosas en  la tarea de la evangelización.     .

            En Honduras los únicos centros que encontramos para mujeres fue  » Una Casa para mujeres mal casadas » fundada a principios del siglo XVII en  Comayagua por el obispo  fray Alonso Galdo y otra » Casa para Recogidas enclaustradas » especie de asilo para mestizas e indias abandonadas, allí se les enseñaba a cocinar, coser , bordar etc.

            A  mediados del siglo XVIII  la Compañía de María así como algún convento de monjas de clausura en el 1756 comenzaron a ocuparse de las instrucción de las niñas.

8.-LA IGLESIA EN LA PROCLAMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA.

 Honduras llegó a la Independencia como nación en el año 1841, como otras naciones centroamericanas , la proclamación de la  independencia de España tuvo lugar años antes, pero hasta la fecha indicada Honduras tuvo unos años en que se unió a México,  luego a la Federación de los países centro americanos hasta que por fin alcanzó , como se ha dicho, su independencia como país en el año 1841.

            A continuación, como indica el título  del párrafo hablamos de la participación eclesiástica en la proclamación de la independencia, lo hacemos trascribiendo una entrevista hecha a el historiador Rolando Sierra.

            «El sentimiento de libertad comienza a despertar en los corazones de los criollos hondureños del siglo XVIII. Y fue a través de la Iglesia Católica que estas ideas fueron trascendiendo, pues figuras relevantes del clero destacan por su participación como tutores y formadores de líderes de la vida política nacional.

            El historiador nacional Rolando Sierra, experto en el tema preindependentista y cuyo libro «Iglesia y liberalismo en Honduras en el siglo XIX» es una muestra de ello, detalla una serie de acontecimientos que condujeron a la independencia.

            En un pequeño espacio de su biblioteca personal y en exclusiva para EL HERALDO, explica cómo personajes como el padre José Trinidad Reyes o el padre José Antonio Márquez, lucharon por la libertad.

 FRANCISCO ANTONIO MÁRQUEZ.

¿Cuál fue el papel de la Iglesia Católica en el proceso de independencia de Centroamérica?

El papel de la Iglesia se expresa en tres grandes tendencias: la primera fue un grupo del clero, sacerdotes que estuvieron a favor de la independencia y fueron, quizá, los principales promotores de toda Centroamérica. De hecho podemos ver sacerdotes en las figuras de los próceres de la independencia en casi todos los países. El caso de José Matías Delgado en El Salvador, de Florencio Castillo en Costa Rica, Francisco Antonio Márquez en Honduras, entonces fue todo un grupo de sacerdotes que inspirados en la idea de la Ilustración, propugnaron por la independencia.

            Asimismo hubo otro grupo de sacerdotes moderados que si bien aceptaron la independencia, se conservaron críticos a esta, sobre todo en cuanto al proyecto post independentista, el Liberal, que era de corte anticlerical, estaba contra el clero y sobre todo contra los bienes de la Iglesia.

            Y por último tenemos un grupo de sacerdotes y algunos obispos que claramente se opusieron directamente a la independencia. Pero en su conjunto podemos ver que la mayoría del clero en ese momento son los promotores de la independencia.

 ¿Cuándo inician estos aires independentistas en el país?

 En el caso de Honduras desde 1811 se empiezan a dar levantamientos, ciertas manifestaciones pro independencia en el antiguo reino de Guatemala, con levantamientos en Nicaragua, El Salvador, y ya en concreto el 1 de enero de 1812 se da un levantamiento en Tegucigalpa que fue organizado por dos figuras que tienen que ser rescatadas dentro de la historia de Honduras como figuras fundamentales del proceso de independencia que eran los frailes franciscanos José Heredia y Fray Antonio Rojas.

             Ellos vivían en el convento San Francisco (lo que conocemos hoy como la iglesia San Francisco de Tegucigalpa, la más antigua del país). Junto a un grupo de cerca de cien ciudadanos hicieron un movimiento porque en ese momento las autoridades de Tegucigalpa querían reelegirse y el levantamiento fue para protestar para que se nombrara figuras nacionales y no las que venían directamente desde España. A su vez el padre Heredia y el padre Rojas prepararon a muchos indígenas en la causa de libertad, de la independencia.

¿Cuál fue la participación del padre Francisco Antonio Márquez?

            Él es otra figura fundamental en Honduras, que si bien es cierto es polémica, pero es fundamental para el proceso de independencia. El padre Márquez estudió en Guatemala durante la época de Dionisio de Herrera, y las grandes figuras de la independencia, y a su regreso a Honduras en 1807, hace el primer acto en función de la libertad.

             Cuando muere su madre y le deja unos esclavos negros, lo primero que él hace es liberarlos y es un acto en perspectiva de buscar la libertad y la abolición de la esclavitud.

            El padre Márquez trabajó en diferentes regiones del país y fue él quien de alguna manera instruyó a Francisco Morazán cuando este era joven, él le facilitaba las lecturas. Asimismo fue el maestro de otras grandes figuras de la historia política de Honduras como de Joaquín Rivera, que fue jefe de Estado de Honduras, y tuvo una amistad con Dionisio de Herrera, de hecho hay toda una correspondencia entre ellos.        Su papel fue tan destacado que cuando se da la independencia y llegan los pliegos a Honduras, el padre Márquez estaba en Texíguat y reúne a toda la población y lo primero que hace es poner a Joaquín Rivera para que lea el Acta de Independencia y en la medida que este la iba leyendo, el padre Márquez iba dando una explicación del acta.

            El padre Márquez es una figura central, porque por un lado fue quien forma a varios de los jóvenes en ese momento, que después serán jefes de Estado, y luego es una figura fundamental porque después de la independencia aquí hubo un intento de división cuando Comayagua quería unirse a México y Tegucigalpa a Guatemala y el padre Márquez logra que se mantenga la unidad de la provincia de Honduras, y por eso el primer Congreso se celebra en Cedros, precisamente buscando un punto intermedio entre Tegucigalpa y San Pedro Sula.

La participación del padre José Trinidad Reyes fue post independentista, ¿cuál fue su aporte?

            Hubo otras figuras sacerdotales que no entran precisamente en el periodo independentista, pero sí después, como es la figura del padre José Trinidad Reyes, que era hondureño, franciscano, había estudiado en Guatemala y cuando se da la expulsión y el cierre de las congregaciones en las ordenes religiosas como medidas del gobierno federal y medidas anticlericales, el padre Reyes regresa a Honduras y se incorpora a la vida eclesial y política del país.

            Uno puede ver en el padre Reyes un liberal independentista moderado que se opuso a ciertas cuestiones del liberalismo, en cuando a los ataques contra la Iglesia pero va luchar por la libertad. Algo muy interesante en el padre Reyes es que fue el primero en luchar por la emancipación de la mujer, de hecho él escribió un ensayo que se llamaba «Las ideas de Sofía Seyers».

 Considerando la influencia de ambos personajes en la historia nacional, el padre Márquez y el padre Reyes, ¿por qué es más conocido el último?

Porque la historia oficial se establece bajo el gobierno de Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa y es allí donde de empiezan a establecer los primeros textos de historia, la historia de la independencia. Ramón Rosa nombró al entonces presbítero Antonio Ramón Vallejo para que escriba la primera historia de Honduras, pero resulta que Rosa era descendiente del padre Reyes y rescata más esta figura. De hecho Ramón Rosa escribe una biografía del padre Reyes y no rescata tanto a otras figuras del clero, o se va más por la figura moderada que era el padre Reyes, que además era su familiar, y no a otras figuras.

            También entramos a otra discusión, Ramón Rosa no era liberal, era positivista, entonces figuras como Márquez u otros sacerdotes eran más de la línea liberal, entonces hay un cambio ideológico que influye mucho en no rescatar estas figuras, y también dentro de una historiografía de corte anticlerical, antieclesial que no iba a rescatar muchas figuras de la Iglesia de ese momento.

 ¿Después del 28 de septiembre, cuánto tiempo transcurrió para que toda Honduras conociera la noticia sobre independencia, la Iglesia contribuyó en esta difusión?

 Fue un proceso, el 28 de septiembre llegan a Comayagua y a Tegucigalpa. Luego llegan a Texíguat, Tocoa, y a las principales ciudades, prácticamente hasta noviembre de 1821, todo el país se va informando del acta de independencia y la figura fundamental en el conocimiento y la difusión del acta de independencia fueron los sacerdotes, en muchas de las parroquias de ese entonces.

 ¿Quién fue el mensajero que se encargó de entregar el acta de independencia en cada ciudad?

 Era un correo especial que venía de Guatemala. Era como una agencia de correos para la época.

            A su criterio, tomando en cuenta todos estos nuevos datos que varios historiadores han sacado a la luz, ¿es necesario que actualizar los textos educativos?

            Yo creo que es importante, sobre todo ahora que nos acercamos al bicentenario de la independencia, hacer relecturas, revisar lo que hemos escrito e investigado hasta ahora.

            Ver la historiografía, relativamente son pocos los estudios que tenemos sobre la independencia, tenemos un libro muy importante del doctor José Reina Valenzuela llamado «Hondureños en la independencia de Centroamérica», donde rescata algunas de las figuras que no fueron rescatados en la historiografía liberal del siglo XIX, entonces creo que es importante revisar, tenemos que hacer más estudios, más investigaciones, documentar el proceso, lo que ha significado para Honduras, quiénes participaron.

            Hay figuras fundamentales de hondureños que no se han destacado, como la figura del abogado José Santiago Milla, de Gracias, que de hecho él es uno de los firmantes del acta de independencia porque era el representante de los abogados, quien incluso fue preso por andar difundiendo las ideas de la libertad

.

LAS CORTES DE CÁDIZ Y SU INFLUENCIA EN LAS COLONIAS AMERICANAS.

 9.-LA IGLESIA CATÓLICA DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA.

 Alcanzada la independencia  se procedió a la organización del nuevo estado hondureño. Sin embargo, esta organización se vio obstaculizada por las rivalidades entre liberales y conservadores, que produjeron el caos político y retrasaron el desarrollo del país.

            Este hecho  se puso de relieve, entre otras cosas  en las variadas constituciones  que se redactaron  en un escaso intervalo de tiempo: la primera en 1839, la segunda en 1848, otra en 1865, la siguiente en 1873, la quinta en 1880, la siguiente en 1894

            La agitación política del país, atrajo las ambiciones de individuos y de naciones Centroamericanas y Europeas.

            La situación de la Iglesia iba acorde según quienes detentaran el poder,  los Liberales como el primer Jefe del Estado de Honduras, Dionisio de Herrera, buscaban establecer un nuevo régimen, según cánones modernos. Esto implicaba que debía ser un Estado laico y no confesional. Opinión distinta era la del Vicario de la fe Católica en Honduras, don Nicolás Irías, para quien la Iglesia tenía que seguir gozando de todos sus antiguos fueros y privilegios.

Hay que hacer notar que tanto la Constitución Federal como la Constitución del Estado de Honduras, aprobada en 1825, excluían la libertad de cultos y proclamaban que el Catolicismo era la religión única y exclusiva del país. Pero otras disposiciones provocaron el rechazo del Vicario y, sobre todo, las tertulias patrióticas, que eran una forma de educación popular impulsada por el gobierno de Herrera y en las que se explicaban a los asistentes los principios constitucionales, las ideas del liberalismo y de la filosofía ilustrada. El Vicario las consideró propaganda propia de herejes y excomulgó al Jefe Herrera. Herrera puso al Vicario fuera de la ley.

File:General Francisco Morazán.JPG

FRANCISCO MOZARÁN.

Con la victoria de Morazán también el Vicario Irías tomó el camino del exilio. Otro sacerdote, pero este de convicciones y ejecutorias muy liberales, el Presbítero Francisco Antonio Márquez, como Presidente del Congreso del Estado de Honduras fue el encargado de introducir la legislación que refomaba las relaciones con la Iglesia.

            Se suprimió el diezmo, impuesto que obligatoriamente todo mundo debía pagar a la Iglesia; se afectó los fondos de las cofradías religiosas para destinarlos a la educación; fueron expropiados y pasaron a poder del Estado los bienes inmuebles de las órdenes religiosas; se aprobó la validez del matrimonio civil.

Los racionalistas ilustrados y liberales no midieron bien el arraigo que tenía la religiosidad católica en las conciencias. Ni la acción social que muchas entidades ligadas a la Iglesia llevaban a cabo, como era el caso de las cofradías, que funcionaban como instancias de auxilio mutuo para muy diversas necesidades de la población. Altos dignatarios como Casaus y Torres o Irías tampoco quisieron comprender la racionalidad del moderno Estado que se intentaba implantar y se aferraban al antiguo régimen.

En el conflicto, la institucionalidad salió perdiendo, porque el pueblo en general no entendió las reformas y los propios reformadores tuvieron que echar marcha atrás.

            La inestabilidad política de Honduras puede verse reflejada en el número y calificación de los presidentes de la Republica desde la independencia hasta nuestros días.

            Esta es la lista de los presidentes de Honduras prácticamente hasta nuestros días.

SIGLO XIX.

 Dionisio Herrera (Liberal, 1824-1827) José Justo Milla (Liberal, 1827) José Francisco Morazán (Liberal, 1827-1829) Diego Vigil (Liberal, 1829) José Francisco Morazán (Liberal, 1829-1830) José Santos del Valle (Conservador, 1830-1831) José Antonio Márquez (Conservador, 1831-1832) Francisco Milla (Conservador, 1832-1833) Joaquín Rivera (Independiente, 1833-1836) José María Martínez (Independiente, 1838) Lino Matute (Conservador, 1838-1839) Juan Francisco de Molina (Liberal, 1839) Consejo de Ministros (1839): (Mónico Bueso; Francisco de Aguilar) Francisco Zelaya y Ayes (Liberal, 1839-1841) Francisco Ferrera (Conservador, 1841-1842) Consejo de Ministros (1843): (Juan Morales; Julián Tercero; Casto Alvarado) Francisco Ferrera (Conservador, 1843-1844) Consejo de Ministros (1844-1845: (Casto Alvarado; Coronado Chávez) Coronado Chávez (Liberal, 1845-1847) Consejo de Ministros (1847): (Casto Alvarado; Francisco Ferrera; José Santos Guardiola) Juan Lindo (Liberal, 1847-1852) Francisco Gómez (Liberal, 1852) Trinidad Cabañas (Conservador, 1852-1855) Francisco de Aguilar (Liberal, 1855-1856) José Santos Guardiola (Liberal, 1856-1862) José Francisco Montes (Liberal, 1862-1863) José María Medina (Liberal, 1863) Francisco Inestroza (Conservador, 1863-1864) José María Medina (Liberal, 1864-1872) Céleo Arias (Liberal, 1872-1874) Ponciano Leiva (Conservador, 1874-1876) Marcelino Mejía (Conservador, 1876)Crescencio Gómez (Liberal, 1876) Consejo de Ministros (1876): (Marcelino Mejía; Manuel Colindres) José María Medina (Liberal, 1876) Marco Aurelio Soto (Liberal, 1876-1883) Consejo de Ministros (1883):(Luis Bográn Rafael Alvarado Manzano) .

LUIS BOGRÁN

SIGLO XX.

Luis Bográn (Conservador, 1883-1891) Ponciano Leiva (Liberal, 1891-1893) Domingo Vásquez (Liberal, 1893-1894) Policarpo Bonilla (Conservador, 1894-1899) Terencio Sierra (Conservador, 1899-1903) Juan Ángel Arias (Conservador, 1903) Manuel Bonilla (Conservador, 1903-1907) Miguel Oquelí Bustillo (1907) (Presidente provisional Junta de Gobierno) Miguel R. Dávila (Conservador, 1907-1911) Francisco Bertrand (Liberal, 1911-1912) Manuel Bonilla (Liberal, 1912-1913) Francisco Bertrand (Liberal, 1913-1919) Salvador Aguirre (Liberal, 1919) Francisco Bográn (Liberal, 1919-1920) Rafael López Gutiérrez (Liberal, 1920-1924) Francisco Bueso (Independiente, 1924) Tiburcio Carías Andino (Liberal, 1924) Vicente Tosta (Liberal, 1924-1925) Miguel Paz Baraona (Liberal, 1925-1929) Vicente Mejía Colindres (Nacional, 1929-1933) Tiburcio Carías Andino (Nacional, 1933-1949) Juan Manuel Gálvez (Nacional, 1949-1954) Julio Lozano Díaz (Liberal, 1954-1956) Consejo Militar de Gobierno (1956-1957): (Héctor Caraccioli; Roque J. Rodríguez; Roberto Gálvez Barnes; Oswaldo López Arellano) Ramón Villeda Morales (Liberal, 1957-1963) Oswaldo López Arellano (Militar, 1963-1971) Ramón Ernesto Cruz Uclés (Liberal, 1971-1972) Oswaldo López Arellano (Nacional, 1972-1975) Juan Alberto Melgar Castro (Liberal, 1975-1978) Policarpo Paz García (Militar, 1978-1982) Roberto Suazo Córdova (Nacional, 1982-1986) José Azcona Hoyo (Liberal, 1986-1990) Rafael Leonardo Callejas (Nacional, 1990-1994) Carlos Roberto Reina (Liberal, 1994-1998).

CARLOS ROBERTO FLORES.

SIGLO XXI.

Carlos Roberto Flores Facussé (Liberal, 1998-2002) Ricardo Maduro Joest (Nacional, 2002-2006) Manuel Zelaya Rosales (Liberal, 2006-2009)Roberto Micheletti Baín (Liberal, 2009).( cF. nacerenhonduras.com/2009/11/gobernantes-de-honduras.html‎)

10.-LA IGLESIA CATÓLICA  DE HONDURAS  HOY . 2013.

 a) LOS DATOS.

IGLESIA EVANGÉLICA EN HONDURAS.

 1.- Religiones:

 En los últimos años, tanto la iglesia católica, como una gran cantidad de comunidades eclesiales de inspiración protestante, principalmente de línea pentecostal, están experimentado un crecimiento importante en cuanto al número de feligreses comprometidos. Quizás debido a las mejoras en vías de comunicación, que les permiten; tanto a la iglesia Católica como a la evangélica contar con canales de televisión, radio-emisoras, periódicos, universidades y páginas de internet.

            Por otro lado; las diversas iglesias protestantes están estructuradas por 3 confederaciones la Asociación de Pastores de Honduras, la Confraternidad Evangélica de Honduras y la Red Apostólica de Honduras.

            Además de estas religiones, existen grupos de menor escala en Honduras que profesan otras religiones, tales como  : Islam, Judaísmo, y miembros del movimiento Rastafari entre otros.( Cf. Wikipedia )

            Las estadísticas varían de acuerdo con su procedencia, pero se puede decir que entre el 40, 50 y 60% se consideran católicos , sobre un 35 y 45 %  miembros de alguna de las denominaciones cristianas y ya en menor proporción otras religiones. Sólo alrededor de un 8%  se  consideran ateos.

 CATEDRAL DE COMAYAGUA.

2.- Diócesis.

 Choluteca (Prelatura Territorial); histórico , ver Choluteca (Diócesis)

Choluteca (Diócesis)

Comayagua (diócesis); histórico , ver Tegucigalpa (Archidiócesis)

Comayagua (Diócesis)

Inmaculada Concepción de la BVM en Olancho (Prelatura Territorial); histórico , ver Juticalpa (Diócesis)

Juticalpa (Diócesis)

La Ceiba (Diócesis)

San Pedro Sula (Vicariato Apostólico), histórico , ver San Pedro Sula (Diócesis)

San Pedro Sula (Diócesis)

Santa Rosa de Copán (Diócesis)

Tegucigalpa (Archidiócesis)

Trujillo (Diócesis)

Yoro (Diócesis).

            Cada  diócesis dentro de la Iglesia representa a la Iglesia católica universal pues tiene todos los medios que conforman el Cuerpo místico de Cristo, siendo por ello autosuficientes desde el punto de vista religioso.

            En ellas está el obispo y su presbiterio,  parroquias, con  funciones que podríamos llamar maternales: sacramentos, grupos diversos , catequistas, matrimonios… monjes, monjas, religiosos, religiosas, institutos seculares, que de acuerdo con su propios carismas enriquecen el cuerpo místico de Cristo,  hermandades, cofradías, grupos familiares cristianos, seglares que tienen la misión de evangelizar las estructuras sociales y a las personas. La Iglesia católica en Honduras está dotada de todos estos y otros medios. Todos estos y otros medios conforman el Cuerpo Místico del que Nuestro Señor Jesucristo es la cabeza, que se hace presente en todos los lugares donde la Iglesia católica está implantada.

3.- Presencia social de la Iglesia católica en Honduras.

  Por regla general la presencia social de una religión suele depender de varios factores, en primer lugar del número de sus miembros,  en segundo lugar de la  fe y práctica de sus miembros, en tercer lugar de la presencia en las instituciones civiles, en cuarto lugar de las instituciones de que está dotada.

            La Iglesia católica en Honduras además de lo dicho en los apartados anteriores, se haya presente en los más variados campos sociales: campo de la enseñanza, servicios sociales de ayuda a menores, jóvenes, mayores, especialmente a través de Cáritas en todos sus ámbitos: parroquiales, diocesanas, nacional; en el campo de los medios de comunicación: prensa, radio, televisión, internet, hermandades y cofradías, de la religiosidad popular…

            Esta presencia de la Iglesia católica hondureña  debe y quiere ser y lo es en gran medida un servicio a la sociedad. Esta voluntad de servicio no impide el que en algunos casos pueda ser vista como una estructura de poder, por lo que se esfuerza en  hacer una constante revisión de sus actitudes, motivos y acciones, puesto que no hay poder más fuerte que el poder religioso, pues  modula y puede llegar a dominar las conciencias.

 SEMANA SANTA .PROCESIÓN.

b) Religiosidad Popular.

 Entre las devociones que el pueblo católico de Honduras  tiene, se cuentan la devoción y piedad eucarística, la devoción y piedad pasional, la devoción y piedad a la Madre de Dios. Nos detenemos en esta última.

11.- EL PAPEL DE LA  DEVOCIÓN A LA MADRE DE DIOS EN  AMÉRICA.

En la Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe reunido en Puebla en 1979, sobre el tema de la Evangelización en el presente y futuro de América Latina, recuerda la veneración  de María de parte de este pueblo desde el primer anuncio del Evangelio: “El Evangelio fue anunciado a nuestro pueblo  presentando a la Virgen María como su más neta realización. Desde los orígenes María ha constituido el gran signo, del rostro materno y misericordioso, de la cercanía al Padre y de Cristo con quien Ella nos invita a entrar en comunión. María ha sido también la voz que ha llevado a unir hombres y pueblos. Los santuarios marianos del continente Americano son signo del encuentro de la fe de la Iglesia con la historia latinoamericana”.

            “Es un hecho innegable que la devoción a María es la característica del cristianismo latinoamericano más popular, persistente y original. Ella está presente en los propios orígenes del cristianismo del Nuevo Mundo. Desde el principio, la presencia de María confirió dignidad a los esclavizados, esperanza a los explotados y motivación para todos los movimientos de liberación. Igualmente, dejando a un lado su interpretación, no se puede negar el hecho de la devoción a María” (Virgilio Elizondo)

            Podemos afirmar, por consiguiente, que la devoción a Maria es un elemento cualificante del cristianismo latinoamericano; una expresión vital e historiadora que pertenece a su misma identidad. Como todas las realidades de la vida cristiana, la veneración latinoamericana respecto a Maria ha padecido una evolución impuesta por los cambios ocurridos a lo largo de la historia del continente. (P. Marcelo E Méndez OFM, Relación presentada en el 1 Forum Intencional de Mariología en el 2001)

            Como muestra de la devoción y espíritu evangelizador que traían los conquistadores, la toma de posesión de muchos lugares en América, así como fundaciones y demarcaciones territoriales se hicieron siempre en nombre de Jesús y la Virgen, siendo bautizadas gran número de ciudades con el nombre de algún santo o diversas advocaciones de María, como es posible observar a lo largo de nuestro territorio. Igualmente, muchas iglesias y capillas fundadas hasta el siglo XIX llevan títulos marianos, unos traídos desde España (de Montserrat, del Pilar, del Rosario, etc.) y otros nacidos en América, con un fuerte carácter hispánico.

            Los documentos del episcopado latinoamericano enumeran con amplitud los valores religiosos que, en cuanto expresión de la fe, manifiestan el sustrato católico constitutivo de la cultura latinoamericana, de la que proviene «una unidad espiritual que existe a pesar de la posterior división en naciones y las discordias de tipo económico, político y social».

            Entre los valores religiosos que impregnan la cultura latinoamericana está indudablemente la devoción a María que, en los diferentes países ha reunido las diversas capas sociales contribuyendo, en mayor o menor grado, a crear una conciencia nacional.        Basta recordar los títulos de Chiquinquirá, en Colombia; Coromoto, en Venezuela; Copacabana, en Bolivia; Luján, en Argentina; Caacupé, en Paraguay; el Quinche, en Ecuador; Nuestra Sra. Aparecida, en Brasil.   La Virgen de Suyapa en Honduras…

  TOTUS TUUS. TODO TUYO.         

         La presencia de María como Madre, en la cultura y religiosidad de los pueblos latinoamericanos se expresa en las celebraciones patronales, que son ocasiones de fiesta, de romerías, y promesas por las gracias recibidas.

            Generalmente son celebraciones comunitarias que hacen olvidar las diferencias y las divisiones de la sociedad. En ellas se mezclan elementos religiosos y profanos en una síntesis humana que quiere reproducir el clima de una alegre celebración familiar de la Madre. 

            El Santo Padre, Juan Pablo II, con esa sensibilidad tan expresiva ante las manifestaciones de Dios en la historia de los pueblos, en el impresionante “encuentro de las generaciones” realizado en el estadio Azteca de la Ciudad de México, pudo exclamar: «¡América, tierra de Cristo y de María!», apuntando así a la identidad más profunda de estas naciones. En efecto, América es la tierra de Cristo y de María porque ha sabido acoger la Buena Nueva del Evangelio. Es la tierra de Cristo, porque sus hijos y sus pueblos han renacido a una nueva vida en las aguas del Bautismo. Y es la tierra de María, porque desde la evangelización fundante la Virgen ha sabido conducir a sus habitantes al encuentro de su Hijo, el Señor Jesús.

            Ella, que con su intercesión maternal ha sido la Estrella de la primera evangelización, debe ser también la luz fulgurante que guíe las tareas de la Nueva Evangelización. (Juan Pablo II. Discurso durante el encuentro con todas las generaciones del siglo en el estadio Azteca, Ciudad de México, 23/1/1995). Cf( http://www.mscperu.org/mariana/SantMarianosALEvang.htm‎)

 12.-LA VIRGEN DE SUYAPA PATRONA DE HONDURAS.

            Una vez más el pueblo hondureño se rindió y buscó el amparo maternal de su patrona: la Virgen de Suyapa.Más de dos millones de fieles peregrinos inundaron el santuario nacional, quienes movidos por el fervor y la devoción llegaron para celebrar el 265 aniversario de su hallazgo

            .De todos los rincones del país y más allá de la fronteras patrias llegaron los devotos a ponerse de hinojos ante la madre del cielo.La presencia de la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de Suyapa, se dejó sentir y vibró en el corazón de los creyentes que se acercaron para venerarla.

  ANTE  LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE SUYAPA.         

En el altar mayor del templo, la pequeñita pero milagrosa imagen de 6.5 centímetros de alto vestía sus mejores galas.Ella, la Morenita más bella de Honduras, quiso presentarse ante sus hijos tal cual es: la soberana, la portadora de la fe e intercesora de todas las gracias ante Jesucristo.Mensaje de fe .

            Con esta magna celebración quedó evidenciado el poder de convocatoria que se le atribuye a la Virgen de Suyapa. A cada una de las personas que se acercan a su morada la mueven propósitos determinados: dirigir plegarias de agradecimiento, buscar su santa protección, pagar promesas o simplemente visitarla para contemplar su belleza

            .Tanto el santuario como la ermita resultaron insuficientes para recibir a los fieles, algunos esperaron en los alrededores el turno para participar en una de las 10 eucaristías celebradas ayer en honor del cumpleaños de la Virgen.

CONMEMORACIÓN DEL BICENTENARIO DE LA VIRGEN DE SUYAPA.

            .En los alrededores del templo había un mar de personas que parecían hormigas laboriosas en busca de bendición y paz. Desde las 5:00 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde, el Evangelio cobró vida para engrandecer el regalo del cielo que representa la madre de Dios.

            A las 9:00 se celebró la misa solemne que como todos los años es oficiada por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez. Con reverencia, los fieles escucharon el pasaje de San Juan que se refiere a las bodas de Caná, donde la Virgen María pidió la intercesión de su hijo Jesucristo.

            En su homilía, monseñor destacó que la misión de la virgencita es fortalecer la fe cristiana de Honduras convirtiéndose en el primer símbolo nacional, sello de identidad y el corazón mismo de la nacionalidad catracha

            .Enfatizó que Honduras profesa la religión católica y lo es más aún porque ama a María en la advocación de Suyapa. Expuso que la Morenita es el signo auténtico de la religiosidad del pueblo hondureño, ya que a lo largo de 265 años ha caminado junto él.»La imagen de la Virgen de Suyapa encontrada en el cerro El Piligüín hace 265 años es un ícono de nuestra identidad, antes que Honduras tuviera Constitución y héroes estaba ella»,

            Decenas de buses con procedencia de varios departamentos del país transportaron a los fieles devotos.La feligresía de La Paz, Intibucá, Olancho, Comayagua, El Paraíso, Choluteca, Cortés, Atlántida y zonas de Francisco Morazán se hizo presente para venerar a la Morenita.Las Fuerzas Armadas ofrecieron conciertos en honor a su capitana general.

Altar dedicado a las 14 personas violentamente asesinadas el 25 de junio de 1975.

ALTAR DEDICADO A LOS MÁRTIRES  DEL 25 DE JUNIO. EN HONDURAS.

Los santos, santas y especialmente los mártires son la mayor riqueza de la Iglesia. La sangre de los mártires ha venido fecundando la vida de la iglesia en todo tiempo y lugar. También en Honduras, ya en el tiempo de la Colonia varios franciscanos sufrieron la muerte en el anuncio del evangelio, los más cercanos en el tiempos son los que murieron en el año de 1975.

 DATO Cada 25 de junio, marcan el recuerdo de un hecho en la historia de Olancho y de Honduras; en el cual 14 hermanos entre ellos campesinos, mujeres y dos sacerdotes el padre Maximiliano Cypher y el padre Iván Betancourt, se les despojo de la vida

( Cf.http://www.elheraldo.hn/Secciones-Principales/Metro/Pueblo-hondureno-de-hinojos-ante-la-Morena-milagrosa. )

 FUENTES: Indicadas a lo largo del tema.

 sanchoamigo.

 

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